FAQs

Siempre hay dudas a las que nos gustaría tener una rápida respuesta, aquí tenemos algunas de ellas

A excepción de algunos tipos de cáncer con carácter hereditario dominante, predeterminado genéticamente, en la mayoría de los casos es posible actuar sobre los factores de riesgo oncológico modificables mediante cambios en el estilo de vida (ej. hábito tabáquico, sedentarismo, malos hábitos alimentarios, disrupción de ritmos circadianos…) con objeto de disminuir las probabilidades de desarrollar la enfermedad y, en aquellos casos en los que el proceso ya hubiese comenzado, frenar su progresión minimizando los posibles daños e incluso consiguiendo la regresión tumoral parcial.

El riesgo de padecer cáncer viene determinado tanto por la existencia de factores de riesgo individuales como por los antecedentes personales y familiares. Estos se evalúan mediante la realización de un chequeo médico preventivo, basado en la cumplimentación de una historia clínica, lo más completa posible, acompañada de una batería de pruebas exploratorias específicas, que incluye analíticas de sangre y orina, monitorización de constantes vitales, pruebas de diagnóstico por imagen y test de valoración funcional. La estimación del riesgo oncológico individual se calcula a partir de la información obtenida en las distintas pruebas, lo que nos permitirá determinar la existencia de factores de riesgo y detectar la posible existencia de manifestaciones clínicas precoces de cáncer con miras a establecer, lo más temprano posible, estrategias de tratamiento individualizadas, basadas en la reeducación alimentaria, el control del estrés y la prescripción de ejercicio físico. La aplicación de las medidas preventivas será más rigurosa cuanto mayor sea el riesgo oncológico estimado.

No, justo todo lo contrario. El consejo de otros médicos y especialistas se verá reforzado por la realización de un chequeo médico preventivo oncológico, pero en ningún caso este tipo de programas de cribado y detección precoz sustituirá su consejo profesional.

La excesiva ingesta calórica, por desequilibrio en la relación de macronutrientes de la dieta en favor de los hidratos de carbono y las grasas, junto a déficits micronutricionales específicos y la falta de aporte de ciertos bioactivos naturales presentes en la composición de los alimentos de origen vegetal favorecen la alteración de ciertas vías de señalización encargadas de la producción de energía metabólica . Como consecuencia de ello se desvía dicha obtención preferencialmente hacia la glucosa. Esto tiene una importancia capital pues las células tumorales se alimentan especialmente de glucosa y en los casos en los que se siguen hábitos alimentarios indebidos se tiende a la hiperglucemia y predisposición a estados prediabéticos que favorecen un ambiente propicio para el desarrollo y proliferación de las células cancerosas.

Sí. El estilo de vida sedentario y la falta de práctica de ejercicio físico favorecen el aumento de la grasa corporal y la tendencia a la obesidad El tejido adiposo en exceso produce una importante cantidad de hormonas y citoquinas proinflamatorias que favorecen la resistencia a la acción de la insulina y afectan a la competencia inmunológica, predisponiendo a la inmunodepresión y al desarrollo del cáncer.

Sí; en efecto. La alteración del patrón de sueño nocturno, tanto en cantidad como en calidad, se asocia con disminución de la secreción de melatonina y hormona del crecimiento, junto al aumento de prolactina y cortisol. Este desequilibrio hormonal, entre otros, afecta directamente a la funcionalidad del sistema inmunológico favoreciendo la inmunodepresión con aumento de la predisposición al desarrollo de cáncer.

Sí. Al igual que sucede con la falta de sueño, el estrés prolongado termina provocando alteraciones psiconeuroinmunoendocrinas complejas que favorecen los fenómenos inflamatorios, oxidativos y apoptóticos que aumentan la predisposición al desarrollo del cáncer.

EN EL CENTRO NACIONAL DE PREVENCIÓN DEL CÁNCER OFRECEMOS A NUESTROS PACIENTES UN ABORDAJE DIAGNÓSTICO Y TERAPEÚTICO BAJO ESTRICTA SUPERVISIÓN MÉDICA, BASADO EN:

  • LA DETECCIÓN DE ESTADOS EMOCIONALES ALTERADOS.
  • LA VALORACIÓN DEL NIVEL DE ESTRÉS.
  • EL ESTUDIO DEL PATRÓN DE SUEÑO/DESCANSO.
  • LA VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL.
  • LA IDENTIFICACIÓN DE PATRONES ALIMENTARIOS ANORMALES.
  • LA VALORACIÓN DEL GRADO DE SEDENTARISMO Y EL NIVEL DE CONDICIÓN FÍSICA.